Disponer de un buen calentador de baño significa tener confort, pero también ahorrar energía. Tendrá muchas opciones, pero tiene que saber lo que quiere de la calefacción.
Tipos de calefacción
En primer lugar, está el muy popular calentador de toallas. Permite colocar y calentar toallas o incluso secarlas gracias a su forma de tubo o cuchilla. Otro tipo de radiador es el radiador de pared, que es una nueva generación de radiadores. Se trata de paneles innovadores y programables, que encajan perfectamente en nuestra era del control. Estos radiadores combinan el confort de un sistema de calefacción central con un rápido aumento del calor en su baño. También hay un calefactor que es ideal para la temporada baja porque es práctico y fácil de usar. Hay varios tipos, pero el más común es el Aerotermo, ya que tiene un rápido aumento de temperatura con buena seguridad y un precio muy asequible.
Criterios para elegir un calentador eléctrico
A la hora de elegir su calentador, lo primero que debe tener en cuenta es su potencia. Un buen calefactor debe ser capaz de suministrar entre 100 y 130 vatios por metro cúbico para su baño. Y después de la potencia, hay que mirar la parte económica, porque algunos calentadores consumen mucha energía. Es el caso de los sistemas auxiliares de calefacción, cuyo funcionamiento es caro a largo plazo. Y el último punto a considerar es la seguridad del sistema. Antes de instalar un calefactor eléctrico, debe saber que debe colocarse a una distancia mínima de 60 cm de su ducha y a una altura mínima de 3 m.
Calefacción para su baño
Tiene dos opciones para su baño: calefacción central o eléctrica. Si se opta por la calefacción central, basta con conectar la calefacción de la casa al baño, lo que resulta sencillo y cómodo. El único problema es que no se puede calentar el baño si no se enciende el calentador. Sin embargo, si elige un calentador eléctrico, no tendrá este problema, ya que será un calentador independiente del resto de su casa. También podrá elegir la temperatura que desee durante su tiempo de relajación en la bañera o la ducha.